éxito de los niños

¿Qué es el éxito?

Definir qué es el éxito puede resultar largo y complejo, ya que no depende de un solo concepto. Según el diccionario de la Real Academia Española RAE, “éxito es el resultado feliz de un negocio, actuación o deseo” y según el latín, la palabra ‘éxito’ viene de ‘exitus’ que significa ‘final’ o ‘término’, es decir darle fin a una necesidad, deseo o propósito. 

Cualquiera de los dos conceptos son claves y sirven como base para  guiar a los niños hacia ese camino de culminación y realización total, a fin que desde temprana edad, se acostumbren a buscar y a trabajar por sus metas y a ver ese camino como algo positivo, que apele a la superación personal y que corresponda a los esfuerzos de cada día.

Así pues, enséñale a tu hijo que no importa en qué, el éxito va más allá y se mide por las ganas que se pongan para luchar por eso que se quiere.

 

La programación neurolingüística en los niños

Fabiola Robles de Medina, experta en Programación Neurolingüística indicó en uno de sus libros, que debe replantearse la educación que se le da a los pequeños de la casa para encaminarlos al éxito. Las historias de trabajo y superación personal siempre serán valiosas para motivarlos a alcanzar sus sueños.

Según Robles la inteligencia emocional es fundamental y para programar a los niños se debe hacer borrón y cuenta nueva de las cosas que nos han enseñado y hemos aprendido, “teniendo en cuenta que los padres no tienen la opción de hacer una carrera para ser padres, pero que aun así deben prestar más atención a la educación de sus hijos y por lo tanto pueden actuar de manera consciente para ser lo mejor que puedan”.

Una de las principales herramientas para reprogramar a los pequeños es aprovechar que estos creen sin dudar en los padres, de ahí se puede empezar a utilizar palabras de manera adecuada, con refuerzos positivos.

Según la especialista, programar a los niños es una tarea que debe hacerse desde el inicio, “desde el vientre, enviando amor y deseando que el bebé sea alguien increíble”. 

 

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Pasos para alcanzar el éxito

Hay que recordar que inicialmente está en manos de los padres motivar a los niños a que alcancen sus sueños, empezando con una comunicación asertiva, para que construyan su camino y logren sus propósitos de manera exitosa.

Es importante enseñar a los niños a que entiendan el éxito como algo personal y no como lo que la sociedad impone, para esto: 

  1. Enséñales a amar, quererse y conocerse para poder querer a otros o ayudar a crecer a otros, ¡esto es tener éxito!, admira los deseos de tu pequeño y ayúdalo a trazar una ruta para alcanzarlos.
  2. Muéstrale que el éxito se siente y se ve al sonreír, al aprender algo nuevo todos los días, al no quedarse anclado en situaciones dichas o recibidas del pasado. El éxito llega cuando se tiene una vida en la que se pueden tomar decisiones.
  3. Hazle ver que el éxito no es algo que llega en un momento específico de la vida de cada persona, como por ejemplo: siendo el mejor del salón de clases, después de graduarse, tener el primer empleo o carro, casarse o tener hijos. El éxito es la actitud, o la capacidad de creer en sí mismo en las diferentes situaciones de la vida.
  4. Dile a tu hijo que es muy inteligente, si tiene dificultad para realizar alguna actividad, impulsalo a aprender  de sus errores y a intentarlo de nuevo.
  5. Si tu hijo debe mejorar su comportamiento no repitas las frases de siempre, por ejemplo, si el niño es desordenado no le digas: “qué se puede esperar de ti, eres el más desordenado”. De esta manera seguirá siendo desordenado. Es mejor cambiar las palabras diciendo “Siendo tú una persona tan ordenada, cómo me dejas los zapatos en la sala”. Inténtalo, seguro lo llevará a pensar en la situación y a cambiar su manera de actuar.

 

El éxito de diferentes formas

Recuerda que no todos tenemos la misma idea del éxito, como padres es necesario tomar una pausa para replantearse y preguntarse qué es lo que considera exitoso tu hijo. 

En los estudios por ejemplo, no lo obligues a competir con los demás, ni lo hagas sentir mal, si se le dificulta alguna materia y a sus compañeros no, hazle saber que todos tenemos habilidades diferentes y que cada quién puede potencializarlas y eso no lo hace ni peor, ni mejor. ¡Aliéntalo a intentar nuevas habilidades y experiencias!

Lo más importante es poder orientarlo a alcanzar sanamente sus objetivos y a ayudar a trazarlos, verlo sonreír y feliz siempre será tu mejor recompensa.